Comprender el contenido de un texto es fundamental para poder resumirlo. Por ello, conviene tener en cuenta que no es lo mismo leer para disfrutar de una novela o cuento, que leer para resumir textos sobre un tema que se desea estudiar. La lectura que se hace con este último fin involucra distintas estrategias, tales como:
- Identificar la idea general del texto.
- Establecer relaciones entre cada párrafo y el título del texto.
- Distinguir en cada párrafo la información más relevante de aquella que la amplía, ejemplifica o explica.
- Sintetizar en un título el contenido de cada párrafo.
- Formular preguntas acerca de las ideas principales y releerlas para confirmar que se han comprendido.
- Integrar ideas en una generalización.
Además de lo anterior, es conveniente reconocer el esquema o patrón de organización del texto, por ejemplo: causa-efecto, orden cronológico, comparación y contraste, problema y solución, entre otros.
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